La celebración se llevó a cabo en la Parroquia de san Pablo, de Murcia, en la que acompañaron al Sr. Obispo, junto al Vicario para la Evangelización, Don José Alberto Cánovas, el Canciller de la Diócesis, don Tomás Cascales, los Rectores y formadores de nuestros seminarios mayores, Redemptoris Mater y San Fulgencio, el párroco, don Pedro Lozano, y los sacerdotes que sirven en dicha parroquia, así como otros presbíteros, vinculados al Camino Neocatecumenal y a los propios seminaristas. El templo se hallaba completamente ocupado por numerosos fieles: junto a algunas familias de los protagonistas –otras, por la lógica razón de la distancia, no pudieron asistir-, éstos fueron acompañados también por sus catequistas y por los miembros –en su mayoría, jóvenes matrimonios- de las comunidades neocatecumenales donde los seminaristas llevan a cabo su Iniciación Cristiana, así como por los seminaristas de ambos seminarios, etc.
Al comienzo, el Rector del Seminario Redemptoris Mater, don Diego Martínez, saludó en nombre de los presentes al Sr. Obispo, agradeciendo su presencia, así como la de los demás sacerdotes, diáconos y fieles, destacando la comunión en la que se vive con los formadores y seminaristas del Seminario de San Fulgencio, y felicitando en nombre de todos a los cinco alumnos –de ambos seminarios- que ese mismo día habían obtenido el Bachiller en Teología, finalizando así sus estudios.
En su homilía, el Sr. Obispo destacó la importancia de ese momento en que se recibían las ayudas que venían a actualizar la llamada que el Señor había hecho sobre esos siete jóvenes, signo de que la Iglesia sigue viva, y de la vocación del Señor, que les ha elegido para una hermosa tarea de evangelización, en particular como servidores de la Palabra. A este respecto, Mons. Lorca Planes hizo hincapié en la Misión de la Palabra de Dios, que llega al corazón del hombre y le impulsa a realizar las buenas obras, para lo que apeló a una verdadera fidelidad a la misma. En concreto, les recordó: “Comenzáis un itinerario de compromiso con el Señor en el corazón de la Iglesia, no recibís la Palabra a título personal, sino para el servicio de la Humanidad”.
Asimismo, y siguiendo las enseñanzas del Santo Padre, Benedicto XVI, don José Manuel hizo una llamada a no apartarnos de Dios y de su proyecto para con nosotros, puesto que caeríamos “en una gran tristeza, en un panorama de desesperación y desastre… de aquí que sea necesario dar una Palabra profética al hombre de hoy, poniendo ante él la paternidad de Dios y la verdadera justicia”.
Todo esto, sin embargo, “lo vivimos –subrayó el Sr. Obispo- en la debilidad de Jesús, pero sabiendo que en esa debilidad se manifiesta el poder de Dios”, animando finalmente a no poner las preocupaciones por encima de la gracia, ya que “la fortaleza, la templanza y todos los dones vienen de Dios…”.
Al concluir, y antes de solicitar la Bendición, los propios seminaristas expresaron al Sr. Obispo su agradecimiento por las gracias recibidas, lo que se hizo extensivo a las familias, formadores, catequistas, comunidades y bienhechores del Seminario.
Deo gratias
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