La
música ha sido punto de encuentro entre católicos y judíos de la mano
del Camino Neocatecumenal, fundado por Kiko Argüello. En el Camino se
intenta inculcar el amor al pueblo judío, con el que comparten la
Antigua Alianza. Movido por ese amor, Kiko Argüello compuso el año
pasado una pieza sinfónica que ilumina el misterio del sufrimiento con
la fuerza del amor: la sinfonía del Sufrimiento de los Inocentes.
Cuando, hace unas semanas, interpretaron la pieza ante miles de
personas, en su mayoría judíos, en el Lincoln Center de Nueva York, la
reacción fue sorprendente.
"Cuando hemos cantado el Shemá –la
oración judía central-, he visto al público levantarse y cantar
emocionado con nosotros", expresa Tati Domenech, miembro del coro. "Me
he sentido en la Tierra de Israel. Parecía como si estuviera con las
trompetas del rey David o caminando por el desierto con el pueblo
liberado de la esclavitud", afirma Greta Elbogen, una de las judías
asistentes al acto. "Todo ha sido como seda", concluye mientras agradece
a los músicos a la salida de la sala.
El acto contó con la
presencia y el apoyo de prestigiosas personalidades judías. "Esta
maravillosa obra ha demostrado una profunda resonancia con la identidad,
el sufrimiento y el pueblo judío", expuso el Rabino David Rosen,
director del Comité Judío Americano, asesor de Asuntos Interreligioso
para el Gran Rabinato de Jerusalén y responsable de las relaciones con
la Santa Sede. También asistieron el rabino Arthur Schneier,
superviviente del Holocausto; o dos de los rabinos más importantes de
Nueva York, Greenberg y Rosenbaum. Pero no todo concluyó ahí. Al día
siguiente la sinfonía se interpretó en el Centro Judío Ortodoxo de
Teaneck, lo que constituye un hecho histórico.
El Camino
Neocatecumenal ha mostrado siempre la intención de diálogo con el pueblo
hebreo, especialmente desde Tierra Santa. En Galilea se encuentra la
Casa Domus Galileae, inaugurada por Juan Pablo II el año 2000. Cada año
esta construcción es visitada por unos 15.000 judíos, según afirma Diego
Alcolea, vicerrector del Seminario Redemptoris Mater de Galilea.
En
España, la labor de entendimiento con el pueblo judío se realiza a
través del Centro de Estudios Judeo-Cristianos (CEJC), fundado en 1972
por el arzobispado de Madrid y confiado a la Congregación Nuestra Señora
de Sión. El Centro organiza cursos de hebreo, conferencias, simposios y
viajes para ayudar a conocer mejor las raíces de la fe cristiana en el
judaísmo. De hecho, es la única instancia oficial de la Iglesia Católica
española que se dedica a las relaciones entre judíos y católicos.
Desde
la perspectiva judía, las relaciones se llevan a cabo desde la
Federación de Comunidades Judías en España (FCJE), que califica el
diálogo como excelente. "Desde el Concilio Vaticano II [...] y gracias a
las magníficas actuaciones de Juan Pablo II y de Benedicto XVI, el
clima de las relaciones judeo-cristianas no ha dejado de mejorar",
afirman fuentes de la institución. "En pocas décadas se ha producido un
cambio tan favorable y espectacular en nuestras relaciones que sabemos
que sólo pueden ir a más y mejor", concluyen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario