Esquipulas, en Guatemala, es un
importante centro de peregrinación para los católicos de Centroamérica,
principalmente para los salvadoreños quienes acuden a venerar al Cristo
Negro o Señor de Esquipulas, una imagen de Cristo crucificado que es
venerada allí desde marzo de 1595.
La madrugada del domingo, los casi 5
mil salvadoreños que asistieron al encuentro interrumpieron el sueño
para abordar los autobuses que los llevarían, por un trayecto no menor a
los 200 kilómetros, hasta Guatemala desde las parroquias de las
diócesis de Sonsonate, Santa Ana, San Miguel, Santiago de María,
Zacatecoluca y la Arquidiócesis de San Salvador.
Por su parte, los guatemaltecos
llegaron desde las diócesis de Las Verapaces, Zacapa y Santo Cristo de
Esquipulas, Guatemala, Santiago de Guatemala y Santa Rosa de Lima.
Luego que se proclamó una lectura
del la Segunda Carta a los Corintios, el obispo de Zacapa, monseñor
Rossolino Biancheti, invitó a los asistentes a ver al Cristo crucificado
y a darse cuenta de que a cada uno le dice: “Yo te he elegido”.
Finalmente, tras invocar al
Espíritu Santo, se invitó a los chicos que se sintieran llamados a ser
sacerdotes para ir a evangelizar un país lejano, 90 jóvenes recibieron
la imposición de manos por parte del obispo. Por su parte, 110 chicas se
pusieron de pie en señal de sentirse llamadas a la vida contemplativa o
a vivir su virginidad en sus comunidades o como catequistas
itinerantes.
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