Un buen católico, fiel del Camino Neocatecumenal, me ha hecho llegar una información que, por objetiva, no puede menos que causar una impresión más que buena.
Se trata de unos datos, un numero de creyentes, en fin… de una realidad eclesial que, zaherida muchas veces e incomprendida otras tantas, va dejando, allí por donde pasa (y se queda) una huella que es difícil de borrar. Es, además, prueba, una vez más, de que el Espíritu Santo sopla donde quiere y es más que cierto que en muchos sitios ha soplado mucho y bien.
Es evidente que el ejemplo que aquí traemos hoy es un solo ejemplo pero, por eso mismo, es más que probable que muchas otras parroquias de España y de muchos lugares del mundo podrían decir un tanto de lo mismo. Por eso nos vale, creo yo, para mostrar y demostrar que el movimiento creado por Kiko Argüello y Carmen Hernández ha servido, sirve y servirá para algo.
Su última hoja informativa (número 133 de la misma), la correspondiente a Adviento de 2012 la titulan, precisamente, "40 años del Camino Neocatecumenal en nuestra Parroquia". Se trata de Santa Joaquina de Vedruna, sita en Barcelona.
Pues bien, no se puede decir que desde aquellos, a lo mejor, primeros años de la década de los setenta, la tal Parroquia haya gozado de una evolución personal a destacar poco sino a tener muy en cuenta de cara a su propio futuro que es, en tal lugar, el mismo de la Iglesia católica.
Empezó, como es lógico, el camino con la creación de la primera comunidad. Actualmente son 17 que agrupan a más de 700 personas adultas y 400 niños. Por tanto, cada comunidad está formado por unas 40 personas adultas. Aportan, además, estos datos:
"Sobre la situación civil referido en porcentajes el 55% están casados, el 35% son solteros, el 2% son viudos, el 1% separados/ divorciados y el 2,5% restante son consagrados (seminaristas, monjas, presbíteros). Es preciso considerar que de todos los matrimonios que hay actualmente el 76% ha recibido el sacramento del matrimonio una vez han iniciado el Camino, y del total de matrimonios habidos en este tiempo el 65% de las parejas los cónyuges se han conocido dentro de la misma parroquia. Respecto a las edades el 37,5% son jóvenes, con edades entre los 14 y 30 años, el 45,3% tienen edades comprendidas entre los 31 a los 60 años y el 17,2% son mayores de 61 años, por lo que la 'población' joven dobla a la de la tercera edad. Por otro lado durante los cuarenta años que el Camino lleva en la parroquia se ha producido el fallecimiento de 40 hermanos. Sobre la natalidad en las comunidades de la parroquia la media de hijos por matrimonio es de 4,2, de los cuales el 70% de los hijos ha nacido una vez los padres ha entrado en el Camino. Además casi el 80% de los hijos mayores de 14 años han continuado después el Camino incorporándose a una comunidad."
Es más que seguro que más de uno, contrario al Camino esté diciendo ya eso de "ya están estos con lo mismo de siempre… que si los hijos, que si la natalidad y que si esto o lo otro". Sin embargo, no sólo se trata de que en el Camino Neocatecumenal se tomen en serio determinados aspectos de la vida católica que en otros lugares, más mundanos, brilla por su ausencia sino que, además, se lo toman en serio de corazón y sin falsedades.
Pero, claro, hay más. Sabemos que el movimiento creado por Kiko y Carmen tiene un sentido evangelizador demostrado muchas veces y a lo largo de los años. Por tanto, no debe extrañar esto otro:
"Sobre la vocación misionera han sido numerosos miembros de las comunidades de la Parroquia que han sentido la llamada a ofrecerse a la Iglesia como instrumentos para la nueva evangelización allí donde la Iglesia, a través de los Obispos diocesanos, han solicitado. Los destinos donde están los mismas actualmente ayudando en las parroquias a llevar adelante la misión encomendada son, por orden de antigüedad: Un matrimonio en Guayaquil (Ecuador), un matrimonio en Oulu (Finlandia), un matrimonio en Panevezys (Lituania), dos matrimonios en Londres (Inglaterra), un matrimonio en Barnaúl (Rusia), un matrimonio en Montreal (Canadá), un matrimonio en Jyvaskila (Finlandia), un matrimonio en Saigón (Vietnam), un matrimonio en Manchester (Inglaterra) y otro matrimonio en Luanda (Angola), una mujer itinerante en Siberia (Rusia), y otra ayudando en el Seminario de Venezuela. Actualmente hay 4 familias más 'levantadas' y dispuestas para partir en misión. Además han estado también en misión un matrimonio que estuvo en Guayaquil (Ecuador) otro en Takamatsu (Japón) otro en Santiago de Chile (Chile), otro en las Islas Sheychelles un laico en Haití y Cuba, que retornaron a Barcelona, y un presbítero en Brasil que falleció estando en misión. Por último, respecto a la vocación".
En efecto, son datos, más datos. Pero supone la puesta en práctica, efectiva y real, de hasta dónde puede llegar un hijo de Dios si quiere cumplir la voluntad de su Padre. Y llega hasta los más recónditos lugares del mundo.
Muchos deberían preguntarse, lo digo por los opositores al Camino, que cuántas personas no habrán descubierto la maravilla que supone saberse hijo de Dios cuando no se sabía que se era. Y que a tales personas les han llevado la Palabra de Dios unas personas venidas de muy lejos (ahora Barcelona pero podemos pensar en otros muchos y muchos lugares); que cuántas personas habrán cambiado una vida de perdición y vacío por una llena de vida, la eterna, que han conocido gracias a unas personas venidas de muy lejos; que cuántos seres humanos se habrán, simplemente, salvado por haber aceptado, a través del cumplimiento su particular misión de tales personas venidas de muy lejos.
Y así podríamos estar mucho rato porque no se puede negar, y quien lo haga no está de acuerdo con la realidad de las cosas, que la labor misionera de los miembros del Camino Neocatecumenal (en concreto de esta Parroquia de Barcelona pero pensemos en quien queramos pensar) da y dará muchos frutos. Como éstos:
"10 seminaristas y 1 presbítero ordenado; 4 vocaciones a la vida consagrada; 220 jóvenes asistieron a la última JMJ de Madrid; evangelizando en una decena de parroquias de Cataluña"
En fin… a lo mejor habrá, seguro que habrá, personas dentro de la misma Iglesia católica (las de fuera, a mí me importan bien poco a este respecto) que critiquen, incluso así, la labor del Camino Neocatecumenal. Pero, francamente, hay que estar ciego y sordo para no ver lo que hay y para no escuchar el clamor del Espíritu Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario