NUEVA YORK, Lunes 14 mayo 2012 (ZENIT.org).-
El prestigioso auditorio Avery Fisher Hall de Nueva York recibió el
pasado 8 de mayo a la Orquesta y Coro del Camino Neocatecumenal para
rendir un sentido homenaje a las víctimas de la Shoah, el Holocausto
judío. A Symphonic Homage and Prayer fue una celebración en la que se
entrelazó la Palabra de Dios y la música, a través de la Lectura del
Profeta Ezequiel, el Evangelio de San Lucas y la Sinfonía de “El
Sufrimiento de los Inocentes”. La obra fue interpretada ante 3.000
personas, en su mayoría hebreos, entre los que estuvieron presentes más
de 30 rabinos y una docena de obispos y autoridades civiles. También
asistieron numerosos supervivientes del Holocausto y sus familiares.
“El Sufrimiento de los Inocentes” ha sido compuesta por Kiko
Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal, y fue interpretada por un
coro y una orquesta de 180 profesionales de esta realidad eclesial. La
composición musical nació ante “la realidad del escándalo de tantos
inocentes de hoy que cargan con el pecado de otros”, y tomando como
referencia la profecía de Simeón a la Virgen de que “una espada
atravesaría su alma al ver morir a su Hijo en la cruz”, explica
Argüello. Después de que esta celebración Sinfónico-Catequética haya
tenido lugar en diferentes ciudades del mundo, Madrid, París, Galilea,
Belén o Jerusalén, ha llegado con éxito hasta algunas ciudades de EE.UU.
Se trata de una de las nuevas iniciativas del Camino Neocatecumenal
para tender puentes con el pueblo judío, después de que muchos hebreos
se hayan sentido identificados con la música y el mensaje que transmite.
La celebración del Avery Fisher Hall dio comienzo con dos de los
rabinos más importantes de la ciudad de Nueva York, el rabino Greenberg y
el rabino Rosenbaum, quienes ofrecieron un saludo y dirigieron una
oración. A continuación, Kiko Argüello fue presentado a todos por David
Rosen, rabino y director del Comité Judío Americano, asesor de Asuntos
Interreligiosos para el Gran Rabinato de Jerusalén y responsable de las
relaciones con la Santa Sede. Antes de que la Orquesta interpretase la
sinfonía, Argüello explicó su origen así como la importancia del
sufrimiento de los inocentes en su propia vida espiritual. Por ello,
recordó cómo de joven fue a vivir entre los más pobres de las barracas
de Palomeras Altas en Madrid, donde surgió esta realidad eclesial en
tiempos del Concilio Vaticano II.
El acto continuó con las palabras de David Rosen, quien confirmó una
vez más el reconocimiento de que el pueblo hebreo está encontrando en el
Camino Neocatecumenal para la reconciliación y la amistad con la
Iglesia. Uno de los momentos más emocionantes de la noche se dio cuando
la Orquesta y el Coro interpretaron la oración del Shemá Israel y todos
los asistentes les acompañaron cantando en pie, muchos de ellos entre
lágrimas.
La celebración finalizó con el canto y una oración a la memoria de
las víctimas del Holocausto por un prestigioso coro de judíos
.
Cada día, son numerosas las muestras de afecto y apoyo que el Camino
Neocatecumenal recibe por esta iniciativa en Nueva York y otras ciudades
de USA en las que se viene celebrando, como Boston o Chicago. Muchas de
ellas provienen de rabinos y judíos que ven cómo ha dado comienzo un
apoyo importante y un paso más en las relaciones entre el pueblo judío y
la Iglesia Católica.
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