lunes, 30 de julio de 2012

Homilía pronunciada por el P. Javier Sotil en las exequias de Jesús Serrat

Yo he pensado estos días, desde ayer, sobre todo, cuando me dijeron que tenia que presidir esta eucaristía con el cuerpo mortal presente de Jesús, querría decir en la homilía lo que el querría que yo dijese en este momento, y espero acertar, sino cuando lo encuentre en el otro mundo ya me tirará de las orejas, pero lo primero que yo creo que él querría que dijese es “Javier aprovecha mi funeral primero para dar gloria a Dios, porque mi vida ha sido un alarde de la potencia de la ternura del amor de Dios conmigo”. Por eso estoy contento de que la familia y la comunidad haya elegido este evangelio, que como se nos ha dicho es el evangelio de la misa de hoy, por que refleja, y así lo decía la familia, la vida de Jesús de Nazaret y de Jesús de Vic, la vida del apóstol del anunciador del evangelio que es lo que ha sido Jesús.

Dar gloria a Dios significa que Jesús cuando precisamente la fe cristiana que había recibido desde pequeño en casa con su familia, esa fe se empezaba a enfriar o estaba ya esa mecha bastante humeante sin llama, el Señor lo llamó a través del Camino Neocatecumenal, en la Iglesia, a redescubrir el Evangelio, a descubrir las riquezas de su bautismo, a descubrir la gratuidad del amor de Dios, que Dios es aquel en que Cristo Jesús su Hijo perdona mis pecados y me da la capacidad de entrar en la muerte todos los días, de entrar en mi historia, de entrar en la voluntad y encontrar ahí la vida.

Y esta fue la experiencia de Jesús, entrando en el Camino, enseguida fue elegido catequista, y empezó a predicar, con celo, con sufrimiento, en medio de las persecuciones como dice el evangelio, en medio de las criticas también de parientes, de amigos que dicen este lo deja todo, está loco y se va a Castilla, ¿pero que se le ha perdido allí, por el noroeste de España?, dificultades con los párrocos, con los Obispos, con las comunidades… En medio del sufrimiento Jesús ha experimentado, y así lo ha testimoniado siempre en nuestra comunidad y en todas las convivencias de Itinerantes, la potencia de Dios “Jesucristo esta vivo y yo lo he visto”, eso le hizo a Jesús dejarlo todo, dejar su carrera, su lengua, su patria, sus ideas, su proyecto quizá de vida de tener una mujer, sus hijos, su familia, consagró su vida, perdió su vida para encontrarla anunciando el Evangelio, y aquí hay muchos testigos de la obra que Dios ha hecho a través de Jesús en tantísimas comunidades, así que da gloria a Dios, di que Dios es santo, que Dios es bueno, que Dios ha tenido misericordia de mi y me ha metido en el seno materno de la Iglesia y me ha mimado, me ha querido, me ha fortalecido, no me ha faltado nunca nada, no he tenido salud, yo ya lo conocí cuando lo conocí, sordo y con “espondiloartritis anquilopoyética”, que a él le gustaba decirlo, echo polvo ya de entrada, le ha faltado la salud, le han faltado seguridades materiales, le ha faltado todo lo que queráis humanamente, pero no le ha faltado nada, porque ha tenido al Señor Jesús, su fuerza su roca, ha sido el amor gratuito del Señor , el perdón de los pecados y la experiencia del Espíritu Santo, y la esperanza de que llegase un día, este día de dejar finalmente este mundo para gozar de este banquete que hemos leído en la primera lectura, este banquete del amor del señor en el monte, todos los padres de la Iglesia dicen que el monte es nuestro Señor Jesucristo, en El, en esa amistad, en ese trato de amor, en esa intimidad con el Señor Jesús, se resume toda la vida de Jesús de Vic, de Jesús Serrat, a si que anúnciales que Dios es santo y bueno, que estén contentos porque yo me he ido satisfecho, mi vida ha sido realmente plena, he disfrutado esta vida,¿ porque?, porque he vivido en el Señor, por gracia y misericordia suya.

Segundo, diles como vivo la muerte, que ha significado para mi morirme, …pues lo que hemos escuchado, es el día de mi nacimiento, es el día que ha empezado mi vida definitiva, y estoy aquí en esta iglesia, porque aquí esta Dios, aquí esta Jesucristo mi amado y aquí estoy yo, no me verán mas que con los ojos de la fe, no me sentirán mas que con la fuerza de la esperanza, no me amararán mas que con la fuerza de la caridad sobrenatural, pero estaré con ellos porque estaré siempre con el Señor Jesús, por eso porque vivo y vivo plenamente les pido su oración, que recen por mi, que el Señor me acoja con misericordia, perdone mis pecados que han sido tantos, mis debilidades mis fragilidades, porque no he sido ningún santo, en el sentido de que no he pecado, he tenido yo mis caídas mis follones, pero el Señor ha sido bueno, que sea definitivamente bueno y me acoja, y es la oración que hacemos en esta eucaristía, rezar por él para que el Señor lo acoja y este ya en ese banquete definitivo.

Algunos piensan al contrario de lo que dice el evangelio, dice el evangelio que el que pierde su vida la gana, algunos piensan que no que el que pierde la vida la pierde, pues no, Jesús incluso humanamente ha disfrutado, ha tenido experiencias de viajes, de convivencias, hemos tenido banquetes fantásticos, con vinos maravillosos, del Duero, de Toro, y bueno ibéricos, hemos disfrutado de la vida con él, pero ¿porqué? por que nuestra vida no está ni en los vinos materiales, ni en la salud material, ni en las cosas de este mundo, solo disfruta realmente de la vida, disfruta del dinero, disfruta las cosas de este mundo que son maravillosas, el que no está pegado a ellas, por eso yo me he desapegado ya del todo, esto es mi muerte, finalmente me he librado de las ataduras de este mundo, y estoy convencido, esta es mi certeza que estoy con ellos esperándoles. Esto es lo ultimo que quiere que os diga el Señor Jesús en el nombre de Jesús Serrat.

Como dijo Jesús de Nazaret, dice Jesús Serrat, no lloréis por mi, llorad por vosotros, porque ahí os quedáis, yo ya me he ido, como comentaba ahora con Jose Angel Castillo, él quería ser siempre el primero en todo, en el buen sentido, pues nada, se ha muerto el primero de nosotros, de los itinerantes que hemos vivido tantas convivencias, tenemos que hacer el matrimonio espiritual en Israel, pues nada él ya se ha lanzado definitivamente con el Señor, no en la Domus Galileae, no no, en la Domus del cielo, en el monte de las balsameras, con Jesucristo, abrazado por su amado por su esposo, por eso diles que se conviertan, porque esta despedida que hacemos hoy es un hasta luego, que donde yo voy… van a venir, y muchos antes de lo que piensan, que aprovechen la vida, como decía San Pablo, que sean imitadores míos, nos dice Jesús Serrat, que hay alguno por aquí medio dormido medio despistado, medio enfriado o del todo, despierta, tu que duermes, conviértete, porque los días de vida que te quedan en este mundo, son para vivirlos de verdad, ¿Cómo? En el amor de Jesucristo, por eso conviértete, si has dejado de rezar, coge de nuevo la oración, reata tu relación de amor de intimidad con Jesucristo, agárrate a El, edifica tu vida sobre El, no te importe dejar padre, madre, hijos, no, porque todo lo recuperarás, es como disfrutarás, por eso conviértete, prepárate porque te llega la muerte también a ti, por eso hasta luego hermanos dice Jesús, que nos vamos a ver pronto, aprovecha esta vida, conviértete al Señor, disfrútala en Jesucristo, para poder hacer también este transito con alegría.

Acabo diciéndoos una cosa, si estamos bien, si estamos ahora viviendo en la fe, si estamos en la voluntad de Dios realmente, si estamos viviendo en conversión, en nosotros a pesar del repelús natural que nos da la muerte, tendríamos que estar todos aquí con santa envidia de Jesús Serrat, y el que no tiene esa envidia porque ya se ha muerto y se ha ido a la vida definitiva que se lo piense y se lo haga mirar, porque quiere decir que no anda muy bien. Sigue pensando que aquí… que la vida es esto… la salud, el dinero, el amor, las diversiones… no sé que, pasárselo bien, hacer su voluntad… ¡ojo!, por eso dice conviértete, despierta, despierta, sed imitadores míos como yo lo soy del Señor, y entonces la muerte será ese recibir un nuevo cuerpo, esa nueva existencia, ese banquete maravilloso, ese estar en la intimidad con Jesús sin velos, sin intermediarios, sin instrumentos, sin sacramentos, cara a cara, porque dijo Jesús “yo me voy, os preparo un sitio, pero donde voy que hay unas mansiones maravillosas, cuando tenga todo preparado vendré y os llevare conmigo” por eso espero que todos tengamos esa envidia, al final del todo cantaremos “Llévame al cielo”, que lo digamos de verdad, porque morir es con mucho lo mejor, ¿o lo decimos con la boquilla pequeña? Pues Jesús nos invita en esta Eucaristía a convertirnos al Señor a cantar alabanzas a comer el Cuerpo y la Sangre de su Hijo Jesús, a entrar a entregarnos a los brazos del Padre, cambiar el giro de nuestra vida para poder caminar hacia ese final maravilloso que nos espera que es la resurrección y la vida eterna. 


Jesus Serrat, un hombre de Dios

Aunque ya esperábamos la noticia, no ha dejado de producirme un profundo dolor leer el mensaje en que la catequista Mariví nos comunicaba que Jesús Serrat había pasado al Padre. Dolor por la pérdida física de quien ha sido un verdadero “padre espiritual” para mí y para miles de personas, aunque a la vez alegría y esperanza por tener la firme convicción de que ya está en el Cielo, gozando de la Gloria del Padre.

Jesús Serrat era ingeniero de profesión, cuando en el año 1973, fiado del Señor, dejó casa, trabajo y familia para ponerse al servicio de la Iglesia y de la evangelización, como catequista itinerante del Camino Neocatecumenal. Los iniciadores del Camino le encomendaron, como tierra de misión, la zona noroeste de España y nuestra ciudad Salamanca tuvo el inmenso honor de ser la tierra donde daría su primera catequesis. Desde entonces, Jesús ha dedicado íntegramente su vida al anuncio del Evangelio, a llevar a los hombres la buena noticia del Kerigma en aquellas parroquias donde el Párroco ha estado abierto a que los fieles realicen este catecumenado postbautismal recomendado vivamente por el Papa Juan Pablo II (Epist. Ogniqualvolta).


Con una salud débil y un cuerpo tremendamente frágil, nunca le oí quejarse, ni revelarse contra la voluntad de Dios. El Señor le ayudó siempre a mantenerse fiel a El, le sostuvo en la debilidad, como susurrándole: “te basta mi gracia, la fuerza se realiza en la debilidad”. En los últimos años, a media que la enfermedad golpeaba duramente su cuerpo, su espíritu se fortalecía, crecía en humildad, ternura y misericordia, preparándose para el encuentro definitivo con el Señor. Siempre dispuesto a escuchar, con infinita paciencia y misericordia, a quien necesitaba una palabra de parte de Dios, su palabra siempre estaba sazonada con la sabiduría de la fe. Predicó sin cesar en Salamanca, Zamora, Avila, León, Burgos, Oviedo, Cantabria, Asturias, Galicia…

Porque él estuvo dispuesto a perder y gastar su vida, junto con Mariví Gorostiza y el presbítero Antonio Riquelme, ha sido posible abrir el itinerario de iniciación cristiana y educación permanente en la fe que constituye el Camino Neocatecumenal en muchas parroquias de numerosas diócesis. Todas ellas tendrán con él una deuda permanente que sólo el Señor podrá pagarle. Hoy hemos sabido, con gran sorpresa y enorme alegría, que su última voluntad fue que su cuerpo sea enterrado en Salamanca, donde dio su primera catequesis. Será un inmenso honor para esta diócesis acoger el cuerpo de este hombre verdaderamente santo, que ha sido instrumento de Dios para llamar a miles personas a conversión.

Querido Jesús: has combatido bien tu combate, has corrido hasta la meta, has mantenido la fe (2ª Tim. 4, 7). Descansa en paz, espéranos en el cielo e intercede por nosotros. Nunca te olvidaremos.

Salamanca, 13 julio 2012, festividad de San Enrique