¡Cómo no alegrarnos al pensar que el Camino Neocatecumenal contribuyó
junto a monseñor Cordes al nacimiento de estas Jornadas Mundiales!
Todavía recuerdo los primeros encuentros, a los que asistían siempre
tantos jóvenes del Camino. Me acuerdo sobre todo de la Jornada de la
Juventud de Santiago de Compostela en el año 89 y de cómo los jóvenes
llevaban tantas pancartas. Del Camino acudieron cerca de 50.000 y en
total parecíamos casi medio millón. Fue algo enorme. Era algo novedoso
ver a tantos jóvenes. Después, en la Plaza del Pilar de Zaragoza hicimos
el encuentro vocacional, donde muchísimos jóvenes se levantaron para ir
al seminario. Quisimos hacer presente que los primeros evangelizadores
de España, a los que se los llama los «siete varones apostólicos», eran
itinerantes. Estaban cansados y defraudados a la orilla del Ebro y
después de fracasar querían volverse, pero la Virgen se les apareció
para darles ánimo y decirles que tenían que continuar. Es decir, la
Virgen María siempre sostiene la evangelización.
Una cosa sorprendente de la pasada Jornada de la Juventud en Madrid
fue la cantidad de jóvenes. Uno se sorprende y se pregunta de dónde
salieron tantos jóvenes, porque el Camino llevó cerca de 300.000, pero
hubo más de un millón. Esto nos lleva a hacer una reflexión: los jóvenes
no están fuera de la Iglesia, aunque al ir a las parroquias no se los
vea. No es cierto. Ha sido un gran signo de esperanza, de que no todo
está perdido en Europa. Es verdad que el demonio está intentando
destruir la familia cristiana, que está abierta a la vida y confía en el
amor de Dios. San Jerónimo decía en la Vulgata al hablar del encuentro
de Tobías y su mujer Sara: «Te tomo no por deseo de concupiscencia, sino
con la esperanza de una posteridad que dé gloria a Dios», refiriéndose a
los hijos. Se ve la esperanza grande que tiene la Iglesia en la
familia. Estos jóvenes que hemos visto en la JMJ de Madrid son sin duda
el fruto de tantas familias cristianas.
El Camino celebró en la Plaza de Cibeles al día siguiente de la
vuelta del Papa a Roma un encuentro vocacional. Para nosotros fue algo
maravilloso fruto de la palabra del Santo Padre y de su afabilidad,
porque a los jóvenes que están en el Camino les llega muchísimo el Papa.
Muchos jóvenes que se han levantado y que están hoy en los seminarios,
cuando les hemos preguntado qué les ha movido a responder al Señor,
contestan que ha sido la palabra del Santo Padre. Fue maravilloso ver a
cerca de 300.000 jóvenes en la Plaza de Cibeles, todo lleno. Nosotros
sentimos mucho la Nueva Evangelización en Asia, por eso dije que hay que
preparar sacerdotes para China, Tailandia, etc. y fue sorprendente ver a
tantos jóvenes, cerca de 5.000, que se movieron, se levantaron llenos
de entusiasmo. También cerca de 3.000 chicas. Estamos conmovidos de la
obra del Espíritu Santo en una nueva juventud que está Dios preparando
para una nueva evangelización en el mundo. A esta Nueva Evangelización
se refirió proféticamente Juan Pablo II diciendo que es necesario
retornar con fuerza y con ánimo al primerísimo modelo apostólico, sin
desfallecer en llevar la maravilla del Evangelio a todos. Porque Cristo
ha dado su vida para que todos los hombres tengan dentro una vida
inmortal, vida eterna, y puedan amar en una nueva dimensión y no se
angustien. Es maravilloso poder vivir con el Espíritu Santo dentro, con
el Espíritu del Señor en nuestro corazón, y tener esperanza sabiendo que
la muerte no es el final de nuestra vida. Es maravilloso ser cristiano.
Por eso no podemos quedarnos callados; tenemos que salir a los caminos,
tenemos que ir a las ciudades y decir a los hombres que hay una Buena
Noticia para ellos y darles ánimo. Quien no quiera recibir este
Espíritu, que Cristo le da gratis, continuará teniendo dentro miedo a la
muerte y miedo al sufrimiento, pensando siempre en el dinero y
teniendo dentro amargura. Pensad en la cantidad de gente que se suicida
en todas partes. Esperamos que la Iglesia pueda levantarse y partir
llena de entusiasmo y de esperanza a iniciar una Nueva Evangelización en
el mundo.
Kiko Argüello
Iniciador del Camino Neocatecumenal
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